Seguidores de Berta se manifestaron para pedir justicia por ella. FOTO: www.telesurtv.net |
Por Lautaro Peñaflor
La hondureña Berta Cáceres, asesinada el 3 de marzo mientras permanecía en su hogar, en circunstancias que aún resta aclarar, reunía tres características que la convertían en vulnerable para nuestra sociedad: era mujer, pertenecía al pueblo originario Lenca, y en tercer lugar, no permitió que ninguna de esas condiciones acallara sus reclamos. Fue una luchadora por su comunidad y por nuestro medio ambiente.
La hondureña Berta Cáceres, asesinada el 3 de marzo mientras permanecía en su hogar, en circunstancias que aún resta aclarar, reunía tres características que la convertían en vulnerable para nuestra sociedad: era mujer, pertenecía al pueblo originario Lenca, y en tercer lugar, no permitió que ninguna de esas condiciones acallara sus reclamos. Fue una luchadora por su comunidad y por nuestro medio ambiente.
No dudó en emprender valiosas cruzadas (para detener la Represa Agua Zarca o enfrentar la privatización del Río Gualcarque, aún cuando significó enfrentar vigorosos poderes financieros, por ejemplo); en coordinar organismos como el Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras; ni en levantar la voz en contra de problemáticas tales como el cambio climático.
En 2015 fue reconocida con Premio Medioambiental Goldman, para activistas del medio ambiente. “Me siguen. Me amenazan con matarme, con secuestrarme. Amenazan a mi familia. Esto es a lo que nos enfrentamos”, dijo Berta durante la entrega de dicho reconocimiento. Hoy ella no está: sus palabras fueron más que elocuentes, y hay que darles suma importancia para entender el contexto en el que se dio su deceso, y para lograr que haya real justicia.
A menudo la vida nos regala personas tan valiosas que pasan a formar parte del imaginario colectivo, suceda lo que suceda. La impronta de tamaña líder se ha ganado con creces ese lugar honorífico, y estará impresa por siempre en nuestra Latinoamérica y en el mundo. Ella vive en el viento, en los ríos y mares, en las montañas, en los animales, en las flores… a Berta Cáceres la tierra que murió defendiendo, la lleva en sus raíces.
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